Grupo de Terapia
El grupo de terapia consiste en atender las diferentes dificultades que las personas que lo componen van llevando al espacio de trabajo emocional.
El propio grupo es un agente de cambio, ya que la dinámica que va surgiendo entre los miembros propicia poder verse reflejado en la problemática del “otro”. Desde fuera, a su vez, se basa en poder iniciar pautas reparadoras, para uno/a mismo/a o para sostener a quien pueda estar necesitándolo. Por otra parte, también surgen sentimientos que no aparecen en un proceso de terapia individual. Como, por ejemplo, el respeto, la comprensión, el compartir, etc.
La dinámica del grupo de terapia
Es un espacio seguro, acompañado y dirigido por una psicoterapeuta, donde cada uno/a de los/as participantes va expresando lo que necesita, lo que le preocupa o le angustia. La dinámica del grupo va emergiendo, según lo que vaya apareciendo y, a la vez que se van trabajando aspectos concretos. Profundizando en ellos, se van produciendo movimientos individuales internos, “lo que me está removiendo a mí y que veo que al otro también le pasa”.
En el grupo de terapia se crea un lugar de confianza, privado y confidencial; donde se adquieren recursos emocionales y se facilita el proceso del “darse cuenta”, permitiéndose el contacto con la emoción en un espacio seguro. Posibilita el sentido de pertenencia a un grupo, pudiendo poner palabras y emociones a aquellas cosas que a veces cuesta definir o expresar. Se reparan situaciones donde la persona no pudo “ser vista” y, por tanto, sus necesidades no pudieron ser cubiertas. En muchos casos, la terapia de grupo complementa el trabajo que se realiza en un proceso de psicoterapia individual.
Desde la libertad, cada participante trabaja de forma activa aquello que necesite, o bien puede estar, observando los procesos del resto de miembros del grupo, sin ningún tipo de exigencia en este sentido.