Evolución del concepto “tener pareja”
Este término ha pasado por diferentes estados a lo largo del tiempo, de las diferentes culturas y de las distintas sociedades. Recordemos que, con anterioridad, no estaba contemplado que un hombre o una mujer estuvieran solteros/as, que no formaran una familia y que no vivieran juntos/as. De eso ya hace bastantes años, al menos en la cultura occidental.
En la actualidad, existe un abanico más amplio de opciones para elegir: tanto si queremos o no queremos estar en pareja, si seremos o no padres/madres, si convivimos juntos/as o no, etc.
Sin embargo, a pesar del cambio de escenario y de la evolución social, el hecho de tener pareja se sigue dando por hecho, siguen existiendo presiones internas y externas que provocan malestar en las personas que no se encuentran en el lugar “deseado” por la mayoría.
Necesito una pareja
¡Cuánto dolor y sufrimiento conlleva esta afirmación!
Cuando una persona se da cuenta de que, para ser feliz, necesita tener pareja, se coloca en un lugar donde se siente incompleta, frustrada y triste, incluso aunque esa relación deseada no sea del todo satisfactoria. No importará, o al menos, no tanto como el hecho de estar solo/a.
Cuando una persona llega a terapia psicológica con esta necesidad, encubierta o no, es necesario realizar un trabajo emocional a nivel profundo para conocer dónde, en qué momento y para qué, la persona aprendió esta asociación.
En consulta
Para comenzar el proceso psicoterapéutico es importante explorar:
- Las creencias de la persona. Sobre sí misma, sobre los/as demás (incluida la pareja), sobre la vida, sobre el mundo. En este trabajo profundo, podrá ir dándose cuenta del guion que se ha creado a lo largo de su historia, dónde se coloca, la importancia y el valor que se concede y también, del mismo modo, dónde está posicionando al otro/a.
- El genograma. A través del trabajo emocional en terapia, se analizan las anteriores generaciones familiares, los reconocimientos de los miembros más importantes para la persona, las admiraciones, la culpa, los exilios, las mentiras, las infidelidades, etc. De este modo, se irán narrando los mensajes incorporados en la vida del/de la paciente.
- Permisos, derechos y obligaciones. A lo largo de la vida, la persona ha ido adquiriendo, de forma inconsciente, una serie de pensamientos, comportamientos y emociones que lleva con ella misma, sin darse cuenta. Poder desprenderse de todo ello, al menos temporalmente y poder verlo, generará la posibilidad de redecidir qué quiere aquí y ahora. Este lugar ya será de salud, de elección desde el adulto, no desde la necesidad.
Si sientes que necesitas tener una pareja para ser feliz, recuerda que necesitas el aire para respirar, la comida para alimentarte, el sueño para poder descansar, etc. Esto sí es necesario. Todo lo demás, que no sea un básico, es una elección y, desde este lugar, es mucho más saludable para ti.
Si para ti está bien, cambia el término “necesito tener pareja” por “quiero tener pareja”. Esta frase lleva implícito el hecho de “siempre que me sienta querido/a, reconocido/a y tranquilo/a”. Estamos seguras que esta afirmación ya te coloca en un lugar distinto.