Emoción y sentimiento son dos palabras frecuentemente utilizadas de forma equivocada como sinónimos en nuestro día a día, a pesar de que realmente se trata de dos conceptos diferentes.
Hoy vamos a ver en qué se diferencian estas dos palabras y qué significa cada una de ellas, para así poder introducirlas correctamente en nuestro diccionario afectivo y poder expresar de forma más precisa nuestro mundo interno.
La Emoción
La palabra emoción proviene del latín emovere, que significa el impulso que induce a la acción. El origen etimológico de la palabra nos da mucha información de su significado, ya que nos sugiere que la emoción es una reacción de nuestro cuerpo que nos impulsa a actuar de determinada manera. Así, podríamos decir que las emociones son sensaciones corporales, impulsos primarios que suceden de forma no intencional y se activan en nuestro sistema límbico – la parte más primitiva de nuestro querido cerebro y que compartimos con la gran mayoría de animales.
Las emociones se alojan en muchas ocasiones en nuestro inconsciente, y podemos pasarnos parte de nuestra existencia desconectados de esa parte de nosotros mismos que nos impulsa a actuar de una manera u otra ante las experiencias que vivimos en nuestro día a día.
Los Sentimientos
Por el contrario, los sentimientos se encuentran siempre alojados en nuestra parte consciente, ya que se trata de la suma de emoción y pensamiento. Cuando dotamos de consciencia a estas experiencias subjetivas que hemos denominado emociones, cuando les damos un significado consciente y verbal, estamos hablando entonces de sentimientos.
En el procesamiento de los sentimientos está implicada nuestra corteza cerebral, la parte más evolucionada de nuestro sistema nervioso central; en ella se encuentran alojados nuestra consciencia y nuestro sentido del yo, se trata de la parte de nuestro cerebro que nos convierte en seres humanos y nos diferencia del resto de especies del reino animal.
Por lo tanto, se puede dar emoción sin sentimiento, pero nunca sentimiento sin emoción. Las emociones son reacciones automáticas de nuestro ser ante determinados eventos externos o internos que suceden en la vida de la persona. Cuando le damos un significado en palabras a esas sensaciones, haciendo interpretaciones acerca de ellas, estamos hablando de sentimientos.
En consulta
El trabajo terapéutico en psicología humanista con las emociones tratará, entonces, de traer estas sensaciones al plano consciente, para así poder transitarlas de forma adaptativa. En palabras de Leslie Greenberg, creador de la Terapia Focalizada en la Emoción, no puedes abandonar un lugar que nunca has visitado. Con estas palabras, Greenberg nos transmite que hasta que no logremos vivenciar esas emociones, esos impulsos automáticos que nos llevan a tomar acción ante los sucesos de nuestras vidas, éstas continuarán tomando partida en nuestro día a día sin que seamos conscientes de ello.
Las emociones son parte nuclear de nuestro ser, y permitirnos vivirlas sin juicio es central dentro de la psicología humanista. Detrás de cada sentimiento al que nos permitimos dar forma, verbalizándolo y transmitiéndolo, hay una emoción, una sensación corporal más intensa y primaria que el sentimiento racionalizado que logramos llevar a nuestra parte consciente. Las emociones nos dan mucha información acerca de nosotros mismos y ser capaces de reconocer y vivenciar estas sensaciones nos empodera como dueños de nuestras propias vidas.